Salimos tan contentos del concierto, que mi padre nos invitó a cenar unas tapinas en el mesón de Leo, el Mesón Berciano. Estaba todo riquísimo, especialmente la tortilla (super jugosa) y los postres (especialmente la panna cotta que pedí yo ¡sublime! ¡que suave! ¡que delicia! me encantó). Como siempre Leo nos trató de maravilla. Disfrutamos mucho de esta noche.
Anina
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