viernes, 4 de marzo de 2011

PALABRAS OCULTAS (CIFU)

Las palabras vuelan solas y libres por el universo del pensamiento a una velocidad de vértigo. Son palabras que unidas unas a otras conforman ideas y pensamientos que no siempre son beneficiosas para el ser humano, porque muchas veces esas ideas sirven para oprimir, torturar, juzgar o controlar el destino de otras personas.
A veces da miedo pensar que alguien pueda ponerse a cavilar, como por ejemplo el señor Bush, porque la repercusión de su cábala siempre acaba jodiendo al prójimo.
Nadie sabe el contenido del pensamiento que puede andar volando por ahí, en esa inmensidad de palabras infinitas que navegan por el mundo, entre todas las esperanzas y deseos de las personas que habitan este planeta, pero por una vez podrían ponerse de acuerdo para construir un mundo más agradable y justo para todos, una meta aparentemente inalcanzable para ese virus letal para la tierra que somos los humanos.
Es increíble tomar conciencia de que a lo largo de la historia, el desarrollo de la especie humana es inversamente proporcional a la buena salud del planeta. Estamos destruyendo a marchas forzadas los recursos que permitan el desarrollo sostenible de toda la masa social que pisotea la tierra, y el diálogo político y el desarrollo de la justicia es un cajón vacío, repleto de intereses económicos que nos incapacita para vivir en paz y con esperanza de mejorar nuestra estancia en esta vida.
Entre todas esas palabras que vuelan libres también están incluidas la guerra y el armamento. Vivimos en un mundo que soluciona sus diferencias a tiros constantemente. Hay cientos de balas perdidas buscando un hombre o una mujer que matar. Cada día que comienza nace un nuevo conflicto armado en alguna parte del mundo, que destroza todas las flores que han nacido esa jornada.
Me encantaría tropezarme más a menudo con la palabra “entendimiento”, para poderle preguntar dónde se esconde y por qué coño no sale más por ahí a ilustrar a la gente y se prodiga más para hacer del entendimiento un hecho social que nos haga más ricos a todos

A veces parece que las palabras que tienen un contenido positivo y esperanzador desaparecen del universo. Yo no se si es que tendrán una fiesta privada en algún espacio inimaginable de felicidad del que no quieren salir, y que su buen rollito es algo imposible de compartir, pero el caso es que el lenguaje de la bondad es cada vez más un territorio oculto.
Esperemos que este otoño que por fin nos ha traído la lluvia nos traiga también un nuevo lenguaje más soleado y esperanzador del que nos andamos gastando.

Jesus H. Cifuentes - el norte de castilla -

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