martes, 2 de septiembre de 2008

Curso de verano (CIFU)


Leo en un diario una noticia que me derrumba porque me informa de que me he perdido un curso de verano que me interesaba muchísimo, del que no previamente no tenía noticia. Como cuando alguien te comenta que estuvo en tal o cual concierto de un grupo que llevas toda la vida esperando y que resulta que cuando pasa por tu puerta tú no te enteras, y acabas doblemente jodido, vaya.
Pues el caso es que me he perdido un curso de verano que ha tenido como artista invitado al inagotable paridor de ideas y paridas Jose María Aznar, que es que no para quieto. Es uno de los artistas que más huella deja después de cada “bolo”, y en esta ocasión, ha acudido a dar la conferencia invitado por el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, en el curso titulado “Ser cristiano en una sociedad secularizada”.
Me pregunto de qué sociedad secularizada será de la que hablen, porque lo que es esta nuestra nacional de siempre, que yo sepa sigue a la sombra del bendito peso de la Iglesia de Roma, dado que a la cristiandad de a pie por la liberación, poca vela le han dado en este aburrido entierro infinito que nunca llega a pesar de los seminarios vacíos. La Iglesia de Roma que yo sepa sigue haciendo caja de las arcas del estado sin que a la ciudadanía laica y aconfesional, como debería ser este país dado que lo marca la Constitución, tenga más alternativa que ver cómo se lo llevan muerto, y cómo no paran de lanzar dardos envenenados cada vez que sale a la palestra la educación para la ciudadanía, el matrimonio homosexual o la integración de los inmigrantes.
Y digo que me jode haberme perdido el curso (pero seguro que las doctas e ilustrativas palabras de Don José María andarán por internet, por si quieren buscar) porque no quiero imaginarme a la audiencia que hoy por hoy debe de acudir a un curso semejante. Quizá me equivoque pero la cosa tiene pinta de convocar a grandes de España de los que viven aún anclados no en la época de Franco, sino en la de los Reyes católicos, o mejor aún, en una época de ensueño en la que el uno y los otros gobernaban a la par con sin igual sabiduría y cristiandad.
Parece que el argumento moral que esgrimía su exposición era que sin las raíces cristianas, origen de nuestro sistema de valores, no se puede explicar nuestra sociedad. Pero dado el carácter de este hombre, lo siguiente que nos tiene que decir es que para entrar a jugar en el equipo de este gran país, o aceptas esos preceptos morales, o llamo a los reyes católicos para que te echen.
Qué sabrá este hombre de los orígenes. Probablemente lo de siempre: lo que a su imaginación le convenga para seguir chupando cámara y chupando del bote. Seguro que no tiene ni idea de que en los verdaderos orígenes de los españoles que con verdadero rigor científico salen de las cuevas de Atapuerca no había Iglesias ni banderas.

Publicado por Cifu en “El Norte de Castilla” el lunes 18 de agosto de 2008

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